¡Hola cocineros!

Sabéis que no hay un buen menú que se precie (ni un blog foodie a la altura) sin unos dulces en su carta.

Hoy os traigo un híbrido. Un manjar de tierras americanas que os servirá, tanto de acompañamiento con el café, como de desayuno en esos días de duro trabajo.

Esta receta incluye la energía de los campeones y el amor por el chocolate.

¿Te animas a probarla?
Es muy fácil ¡Toma nota!

Ingredientes:

3 plátanos

125 gr de azúcar moreno

25 gr de azúcar blanco

120 gr de mantequilla en pomada

2 huevos

1/2 taza de buttermilk (crema agria: leche y zumo de 1 limón)

7 gr de levadura química

260 gr de harina de repostería

1 cucharadita de extracto de vainilla

80 gr de pepitas de chocolate

Elaboración:

Lo primero que haremos será preparar sacar del frigorífico la mantequilla para que repose a temperatura ambiente, y preparar el buttermilk (o crema agria). Para ello verteremos poco a poco el zumo del limón en la leche (sin dejar de remover). Cuando hayamos integrado todo el zumo, dejaremos reposar mientras elaboramos la masa.

Comenzaremos con nuestro postre por la fruta. En el recipiente en que vayamos a realizar la mezcla, cortaremos y machacaremos con un tenedor los plátanos, hasta que éstos tengan textura de puré.

Cuando tengamos listos los plátanos será el momento de preparar la mantequilla en pomada. Simplemente tenemos que calentarla unos segundos en el microondas, y remover hasta que toda ella esté medio derretida. Si la mezcla está muy líquida por el calor, basta con que esperemos unos minutos para que adquiera la textura necesaria para nuestra receta.

 Entonces, añadimos el azúcar blanco y moreno, los huevos y la mantequilla junto con el plátano que teníamos reservado, y mezclamos bien todos los ingredientes con unas varillas.

Añadimos el buttermilk a nuestra mezcla y removemos. Una vez integrado, añadimos los 7 gr de levadura química y mezclamos de nuevo.

Vertemos sobre toda la mezcla la harina junto con el extracto de vainilla. Suavemente iremos integrando con el resto de ingredientes hasta que no queden grumos.

Por último, añadimos las perlitas de chocolate. Removemos hasta que se hayan dispersado por toda la masa y de esta forma, se repartan de manera uniforme por nuestro pan.

Sólo nos queda verter la mezcla en un molde de silicona, o cualquier molde apto para horno untado con un poco de mantequilla. Tapamos con papel de aluminio para que no se queme la superficie, y dejamos hornear durante 1 hora a 180 grados, con calor arriba y abajo.

El resultado es increíble. El olor recién salido del horno atrae a todos a la cocina, así que ¡procurad ser rápidos! ¡que esto no llega al lunes!